En casi todos los acuarios, con el tiempo, aparece en la superficie del agua una película de restos orgánicos, polvo, aceites y grasas. Esto imposibilita un intercambio correcto de gases. Por eso, conviene aspirarla de vez en cuando.
Las bacterias aspiradas y partículas de suciedad se acumulan en la esponja filtrante, que se puede sacar y limpiar posteriormente con facilidad.
Para acuarios de hasta 350 litros.
De instalación muy sencilla, se fija en el cristal gracias a unas ventosas.